Autora: Eva García Sáenz de Urturi
Editorial: PlanetadeLibros
Número de páginas: 448
SINOPSIS (⚠Contiene spoilers del libro anterior)
Vitoria, 2019. Los señores del tiempo, una épica novela histórica ambientada en el medievo, se publica con gran éxito bajo un misterioso pseudónimo: Diego Veilaz.
Victoria, 1192. Diago Vela, el legendario conde don Vela, retorna a su villa después de dos años en una peligrosa misión encomendada por el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y encuentra a su hermano Nagorno desposado con la que era su prometida, la noble e intrigante Onneca de Maestu.
Unai López de Ayala, Kraken, se enfrenta a unas desconcertantes muertes que siguen un modus operandi medieval. Son idénticas a los asesinatos descritos en la novela Los señores del tiempo: un envenenamiento con la «mosca española» ―la Viagra medieval―, unas víctimas emparedadas como se hacía antaño en el «voto de tinieblas» y un «encubamiento», que consistía en lanzar al río a un preso encerrado en un tonel junto con un gallo, un perro, un gato y una víbora.
Las investigaciones llevarán a Kraken hasta el señor de la torre de Nograro, una casa-torre fortificada habitada ininterrumpidamente desde hace mil años por el primogénito varón. Pero el reverso de tanta nobleza es la tendencia de los señores de la torre a padecer el trastorno de identidad múltiple, un detalle que arrastrará a Estíbaliz a vivir una arriesgada historia de amor.
Unai López de Ayala acabará descubriendo que Los señores del tiempo tiene mucho que ver con su propio pasado. Y ese hallazgo cambiará su vida y la de su familia.
Mi opinión(Sin spoilers)
Con la reseña de este última novela pongo punto y final a una trilogía que llevaba mucho tiempo apuntada en mi interminable lista de libros pendientes y que me ha dejado con un buen sabor de boca. No obstante, esperaba algo más de esta tercera parte que, aunque me ha gustado mucho, no me ha parecido que estuviese a la altura de las dos anteriores novelas.
Sáenz de Urturi apuesta, muy acertadamente, por continuar con la estructura de los libros anteriores, es decir, sigue combinando dos tramas narradas en distintos hilos temporales, la única diferencia es que, esta vez, la trama del pasado se basa en una novela ambientada en el Medievo que el asesino coge de referencia para cometer sus crímenes, por lo que la autora narra un libro dentro de otro libro. Este concepto me llamó mucho la atención al comenzar con la lectura y por este motivo pensé que Los señores del tiempo sería el libro que más iba a disfrutar de la trilogía, sin embargo, a medida que avanzaba con la historia esta idea fue menguando.
Aunque la prosa de la autora sigue siendo una delicia y el misterio y la tensión vuelven a estar presentes en la trama, no he conseguido engancharme tanto como en sus otros libros, esto se debe al poco interés que he sentido por los capítulos narrados en el pasado, ya que solo conseguían ralentizar mi ritmo de lectura y sacarme de la historia en vez de meterme más de lleno en ella. No obstante, me ha parecido curioso que estos capítulos puedan leerse de manera independiente a la historia principal como un libro diferente.
Los personajes no me han decepcionado, sin embargo, los he sentido algo desdibujados con respecto a los libros anteriores. De nuevo, es una historia con un numeroso abanico de personajes secundarios, pero, en este caso, se explica tan poco sobre ellos que apenas he podido identificarlos cada vez que aparecían. El único personaje que mantiene su protagonismo inalterable en las tres partes de esta trilogía es la ciudad de Vitoria y sus rincones más históricos.
En lo referente al desenlace de la historia debo decir que me ha parecido un buen final y, aunque la resolución del caso no me ha parecido tan sorprendente como esperaba, no he conseguido imaginarme quién era el asesino. Además, pese a que los capítulos ambientados en el siglo XII no hayan logrado atraparme, el gran proceso de documentación que debió de llevar a cabo la autora para su redacción es algo digno de reconocimiento.
Así pues, Los señores del tiempo es una combinación de novela negra y novela histórica que pone punto y final a la Trilogía de la Ciudad Blanca y, aunque me haya parecido el libro más flojo de los tres, ha sido una lectura que me ha gustado y que, sin duda, recomiendo.
